Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo

Buenas, ya que hemos empezado hoy a hablar de los fascismosque se dieron en el durante el siglo XX en Europa, en concreto el nazismo, no he dudado en escribir esta entrada y empezar dejando una canción que me gustaba bastante de pequeño, más bien por su ritmo o melodía, porque claro está, no entendí su mensaje hasta hace bien poco… Esta canción de la que os hablo es del cantautor Chicho Sánchez, escrita en tiempos de  la Guerra Civil española. Como casi todos los cantautores de la época, la mayoría de las canciones que compusieron ellos mismos (por eso se llaman cantautores), fueron una protesta ante el régimen franquista; es decir, totalitario, fascista, llamémoslo como queramos. En concreto, este cantautor era de ideas estalinistas y anarquistas, y esta canción titulada Gallo Rojo lo refleja: nos habla de dos gallos, el gallo rojo, que para él representaría el comunismo; y el gallo negro, representando al fascismo. Escuchadla porque es breve y la letra es muy clara y fácil de entender.

Bien, una vez que la hayáis escuchado y con nuestros conocimientos, sabiendo las barbaridades que hizo Hitler con su régimen fascista o el dictador Franco en España, podríamos  quedar convencidos de que los que apoyaban el régimen Comunista de Stalin que intentó y acabó frenando al ejército nazi fueran los “buenos”, pero eso no es así. Como hemos visto hoy también en clase: los extremos se tocan.

Primer dato en común es que ambos regímenes fueron autoritarios. En el régimen fascista de Hitler se llamaban campos de concentración, donde un mínimo de 11 millones de judíos, polacos, gitanos... murieron. En el régimen comunista  de Stalin el nombre era distinto: gulag; pero el fin era el mismo, y los datos nos dicen que un millón y medio de prisioneros fueron ejecutados. Comparando ahora a Franco con Stalin, ambos fueron dictadores, es decir, tomaron el poder por la fuerza.

Entonces esto nos hace reflexionar sobre otra cosa, Hitler no fue un dictador, sino que fue elegido democráticamente. Pensaremos que en qué cabeza cabe haberle votado, y como hemos visto hoy bien en clase, se debió principalmente a estas circunstancias.

A esto lo único que puedo añadir es un testamento sobre un anciano alemán que vi hace poco en la tele, que dijo que cuando él fue joven junto con sus otros amigos votaron a Hitler, sin embargo ahora se arrepentía y se excusaba diciendo que al ser jóvenes no tenían las ideas muy claras y en él vieron a un salvador, un líder; como hemos visto, con su política de masas. Al acabar este anciano de narrar su propia experiencia advirtió a los jóvenes de hoy en día que tuvieran cuidado, porque ni él ni ninguno de sus amigos en aquellos tiempos de mediados del siglo XX sabría en lo que acabaría todo eso. El fascismo hoy en día también sigue presente, un claro ejemplo es el partido de Amanecer Dorado en Grecia, o en España no sé si podría decir lo mismo de Podemos, en este caso un partido “radical” de izquierdas o comunista. Comparando la situación de España y Grecia por ejemplo,  con la de Alemania en aquellos años 40 es bastante similar, y mi reflexión final sobre todo esto es que es importante tener una buena opinión crítica creada a partir de todos los puntos de vista y opiniones sobre un tema, y valorando las consecuencias que pueda tener lo que hagamos o las decisiones que tomemos. Suena bonito decirlo pero llevarlo a la práctica es difícil, y aunque no lo tengamos en cuenta y parezca que todo esto está olvidado, son escasos 70 años los que hay de diferencia entre nuestros días y el intento  de que la raza aria gobernara el mundo.

Javier Caballero