Este es el blog de los alumnos de 4ºA-Historia, del IES Hernán Pérez del Pulgar, Ciudad Real, cuyo profesor es Agustín Ciudad.

domingo, 19 de abril de 2015

¿Quién mató a Trotsky?


El otro día, hablando en clase salio el tema de la muerte de Trotsky y de esto vengo a hablaros ahora:

 El español que mató a Trotsky con un piolet 

El 20 de agosto de 1940 el catalán Ramón Mercader entró en la Historia cuando, a golpe de piolet, le abrió la cabeza al líder revolucionario en su exilio mexicano.


«No le matéis. Tiene que decir quién le envía», ordenó a sus guardaespaldas León Trotsky. A pesar de sus 60 años y de haber recibido a traición, por la espalda, un golpe brutal en el cráneo con un piolet, el líder revolucionario tuvo aún fuerzas para enfrentarse a su agresor. Una reacción tan imprevisible que éste, un joven de 26 años, con un revólver en el bolsillo, no supo qué hacer, quedando a merced de quienes acudieron en auxilio de la víctima. La escena ocurría el 1940, en el despacho de la casa fortaleza de Coyoacán, Ciudad de México, en la que vivía exiliado el anciano revolucionario.
La muerte, horas después, de Trotsky –artífice con Lenin de la Revolución bolchevique y creador del Ejército Rojo– abrió el que fue durante años uno de los grandes enigmas de la Historia. ¿Quién era realmente ese joven apuesto, cortés, rico, apolítico y cosmopolita que había logrado llegar hasta el viejo líder, saltándose todas las medidas de seguridad que lo protegían, gracias a su noviazgo con la trotskista norteamericana Sylvia Ageloff, secretaria eventual del político? Más importante: ¿formaba parte de un complot urdido por los servicios secretos de la Unión Soviética por orden de Stalin, máximo dirigente del país y enemigo acérrimo de Trotsky?.
Aunque éste era el heredero natural de Lenin, Stalin lo había desplazado del poder, expulsándolo en 1929 de la Unión Soviética. Desde entonces, Trotsky –acusado de traidor por la mayoría de sus ex correligionarios y sin ningún país que quisiera darle asilo– había hallado cobijo en México invitado por el presidente Cárdenas y el matrimonio formado por los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo. Nunca cejó, sin embargo, en su guerra personal con Stalin.


El misterioso asesino se identificó como el periodista belga Jacques Mornard, se sabía que usaba también la identidad de Frank Jacson, ingeniero canadiense. Ambas creíbles por igual, ya que hablaba francés e inglés con fluidez, pero parecía desconocer el español.

«Fui un devoto adepto de León Trotsky», explicaba en el extenso escrito inculpatorio. Conocerlo «constituyó un gran desencanto. Me encontré ante un hombre que no deseaba más que satisfacer sus deseos de venganza. Me propuso ir a Rusia con el fin de organizar allí una serie de atentados contra Stalin. Desde ese momento no subsistió ya alguna duda en mi ánimo de que Trotsky no tenía otro objetivo en su vida que el de servirse de sus partidarios para satisfacer sus fines personales mezquinos. Decidí sacrificarme totalmente, quitando de en medio a un jefe del movimiento obrero que no hace más que perjudicarlo».
Nadie le creyó

mató a Trotsky sólo porque había defraudado las expectativas que había generado en él su ideología.
Veinte años de prisión por homicidio. Únicamente durante el juicio, como clara estrategia de defensa, sostuvo que había actuado en legítima defensa. Afirmó que en el fragor de una discusión Trotsky le amenazó con una pistola, él repelió el ataque con un piolet, adminículo que poseía porque practicaba la escalada (algo que se consideró una invención) y que lo tenía encima porque lo había llevado a un carpintero (lo que era verdad) para que recortara el mango (en realidad, para que fuera más fácil ocultarlo bajo la ropa). Su condena, en 1943, a 20 años de prisión por homicidio con alevosía y a indemnizar a la viuda de la víctima, Natalia Sedova, con 7.500 pesos zanjó sólo el expediente judicial.

Hubo que esperar hasta 1950 para establecer que el asesino de León Trotsky era, en realidad, el agente estalinista Jaime Ramón Mercader del Río, nacido en Barcelona el 7 de febrero de 1913. El descubrimiento puso en evidencia el complot de Stalin para acabar con Trotsky.
A partir de entonces encajaron todas las piezas de la rocambolesca historia de Ramón Mercader, quien ha inspirado dos películas: El asesinato de Trotsky (1972), de Joseph Losey 

y Asaltar los cielos (1996), documental de José Luis López-Linares y Javier Rioyo. Su figura vuelve a adquirir actualidad con la publicación de "El grito de Trotsky"


El plan inicial era que Ramón se hiciera pasar por el rico playboy belga y periodista eventual Jacques Mornord, que enamorara a la trotskista americana Sylvia Ageloff y que a través de ella llegara hasta Trotsky.
Ya en México, participó en un primer intento de acabar con el político ruso, asaltando a tiros su casa fortaleza de Coayacán en la noche del 24 de mayo de 1940.. Ramón decidió entonces asesinarlo él mismo. Llegó hasta su víctima gracias a Sylvia Ageloff, como estaba previsto. Mostró, por primera vez, interés en la política y pidió al revolucionario que le corrigiera un artículo de opinión que iba a publicar. Tras una visita de ensayo para rematar su plan, el 20 de agosto, cuando estaba solo con él en su despacho, golpeó de muerte al anciano mientras éste leía el manuscrito, dándole la espalda. Eitington y su madre, que lo aguardaban con un coche a la puerta de la casa para facilitarle la huida, abandonaron el país de inmediato tras su detención.

Bueno, en mi opinión, este articulo, me ha parecido de los más interesantes que he leido hasta ahora. Pocas cosas he podido descartar, pero bueno es largo pero intenso. Por cierto fue muy buena la idea de llegar a Trotsky mediante Natalia. Aquí os dejo el link

David Carretero

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