Este es el blog de los alumnos de 4ºA-Historia, del IES Hernán Pérez del Pulgar, Ciudad Real, cuyo profesor es Agustín Ciudad.

domingo, 26 de octubre de 2014

¿Y tú? ¿Religioso o libre?

Yo la verdad nunca he sido muy religiosa. Mis padres no me obligaban a creer pero solían ponerme la excusa de que “De Dios no se sacan cosas malas”. Es verdad, las religiones intentan dar valores buenos a las personas, pero yo diría que tampoco son tan necesarias:

En el pasado, las religiones cobraron mucha más fuerza y daban una forma de vivir a la gente. La gente vivía en sociedad de acuerdo a las normas de cada doctrina. Diciéndolo de forma más clara, quitaban libertad a las personas. Si pensabas diferente o no acatabas esas reglas, habría consecuencias graves para ti y también para tus seres queridos. Cuántas guerras de religión se podrían haber evitado, cuántas personas han fallecido (y siguen muriendo en la actualidad) por defender aquello en lo que creían.

Ejemplo de guerras entre católicos y protestantes en Francia

En el Antiguo Régimen, en el territorio español había una forma de gobierno absolutista debido a que el catolicismo predominaba. Vivíamos ciegos a una especie de dictadura, mientras que en Inglaterra, por ejemplo, se sucedieron muchas guerras de religión, pero al no haber una doctrina ganadora se dio libertad de creencias y se instauró el parlamentarismo, más cercano a las democracias de ahora.

Como veis, no siempre son todo cosas buenas en las religiones. En el ejemplo del Islam, se discrimina a la mujer solo por el hecho de ser mujer y la obliga a depender de un hombre para vivir. Sí, estamos en el siglo XXI e injusticias como ésta se siguen dando.

Además, las religiones fueron creadas para dar una explicación del origen del mundo y del porqué de las cosas, pero cada vez los avances tecnológicos y científicos nos permiten tener más conocimientos de lo que ha pasado en el mundo para que llegara a lo que es ahora.

En conclusión, yo quiero que la gente tenga libertad de expresión y de pensamientos, que practique la religión que quiera, pero que también deje a las demás personas tener ideas propias. Que los gobiernos y las leyes de los países no se rijan tanto por las normas de cada religión oficial (que cada vez se da menos el caso, y me alegro por ello). Esta es una opinión muy personal, pero espero que haya gente que la comparta, o al menos que la entienda.

Elena Hervás Martín

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